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domingo, 21 de febrero de 2010

La Encomienda


La mayoría de los españoles que llegaron a América aspiraban a convertirse en ricos señores. Por esto, muchos despreciaban el trabajo manual, ya que consideraban que lo propio de un señor o un hidalgo era prepararse para la guerra. A pesar de eso, debieron dedicarse a actividades económicas que requerían mucha mano de obra, como la minería o la agricultura.

Para desarrollar estas actividades crearon un sistema de trabajo llamado Encomienda, mediante el cual fueron organizados los indígenas a partir de la Conquista mediante el cual los indígenas tenían que desarrollar ciertas labores. Surgió del sistema de reparto del botín, que se hacía tras la toma de posesión de un territorio. 


¿Qué era la Encomienda?

La Encomienda consistía en la entrega de un conjunto de indios a un conquistador, como retribución a los servicios prestados y para que trabajaran en sus nuevas propiedades agrícolas o sus minas y lavaderos de oro.

El Encomendero:

El conquistador que recibía a los indígenas pasaba a llamarse encomendero.

Asignación de La Encomienda:

La entrega y repartición de los indios en encomienda quedaba sujeta a la voluntad del capitán de la hueste o del gobernador, quienes entregaban este beneficio en nombre del rey que era el único propietario de las tierras y gentes de América. Como este no podía usufructuar de ella directamente, la entregaba a un conquistador para su administración y aprovechamiento.



EL RECHAZO A LA ENCOMIENDA 

En 1511, el sacerdote de la Congregación de los Dominicos, en la isla de Santo Domingo, durante el sermón de la misa señaló lo siguiente sobre la encomienda:

“En pecado mortal, y en él vivís y morís por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tal cruel y horrible servidumbre a questos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes, que estaban en sus casas y tierras, mansas y pacífi cas? […]. ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en sus enfermedades, qué de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y, por mejor decir, los matáis por sacar y adquirir oro cada día?”

Fuente: “Discurso del padre Antonio Montesinos”, Navidad, 1511.
En: Bartolomé de las Casas. Historia de las Indias.



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